Un grave problema que tiene la cultura argentina a nivel dirigencial - y que nos llevan a tantas desavenencias como país- es que no sostenemos con hechos lo que decimos con palabras. Tenemos una de las legislaciones más completas del mundo, pero no cumplimos con las leyes. No hacemos lo que prometemos. Aunque siempre aspiramos a más. Para cumplir efectivamente con los 190 días de clase como lo resolvió el Consejo Federal de Educación para 2022, primero debemos esforzarnos por hacer realidad la ley que rige hasta ahora, de 180 días de clases como mínimo, en cada provincia.
Sabido es por todos los tucumanos que la pretendida presencialidad plena no se cumple en un 100% en las escuelas públicas. Ya sea por cuestiones de espacio, que impiden respetar el protocolo de prevención del coronavirus, o por problemas edilicios, deficiencia en la provisión de agua o de cloacas, o falta de acceso por el mal estado de los caminos, muchísimos alumnos tucumanos todavía no están asistiendo todos los días a las escuelas. La situación es dispar y depende de la realidad de cada local. En algunos los cursos y grados, de los tres niveles de la educación, aún se dividen en dos grupos, mientras uno concurre tres días a la semana, el otro lo hace dos veces únicamente. Y a la semana siguiente cambian, el que fue tres veces a la escuela en forma presencial va dos y el que fue dos, va tres.
Otra modalidad es ir una semana completa a clases y la otra no, es decir, alternar cada siete días. El agravante de quienes no pueden concurrir todos los días en forma presencial a la escuela es que tampoco cuentan con clases virtuales, porque docentes se dedican únicamente a los que están en las aulas. Tampoco puede afirmarse que todos los alumnos llevan tarea para la casa para los días que no van a las aulas. Los docentes no tendrían tiempo de corregirlas.
La situación es extremadamente preocupante, hasta puede decirse que es peor que lo vivido en 2020 y a principios de 2021 porque ahora los niños no tienen clases virtuales ni envío de tareas por WhatsApp cuando se quedan en casa. Además sus padres volvieron a trabajar (el año pasado muchos se quedaron a cuidar a sus hijos gracias a un decreto presidencial) y no los pueden ayudar con las tareas .
Es decir que mientras el gobierno nacional y provincial están pensando en cómo recuperar los contenidos que no se dictaron durante el 2020, hay cientos de alumnos que hoy, en Tucumán, siguen perdiendo horas de clases y saberes que se acumulan en un listado infinito de deudas que tenemos con la educación.
En mayo, cuando se invitó a la Legislatura al ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, a dar explicaciones sobre el estado de los establecimientos escolares, él había dicho que sólo quedaba un 8% de escuelas con problemas. ¿Qué ocurrió desde mayo hasta ahora? La Nación aportó $ 2.700 millones para obras de infraestructura en las escuelas, pero al parecer no está todo resuelto.
Hoy visitará Tucumán el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk. Viene a lanzar el programa “Volvé a la escuela”, para recuperar a los chicos que abandonaron la escuela en 2020. Si en Tucumán se lograra traer a los 25.000 alumnos (el 5% de la matrícula, según el ministro Lichtmajer) que se alejaron por falta de conectividad y otros recursos ¿dónde se alojarían si las escuelas no están 100% en condiciones de tener presencialidad plena?